18 julio, 2025

Todo listo

A la espera del debut de Leandro Paredes, el DT arma su equipo ideal con una estructura sólida y jerarquía en puestos clave para su tercer ciclo en el club.

Miguel Ángel Russo ya empieza a moldear su nuevo Boca Juniors. Mientras Leandro Paredes se prepara para volver a vestir la camiseta azul y oro por primera vez desde 2013, el técnico ya definió la columna vertebral del equipo, esa base sobre la que pretende construir un once competitivo para este semestre. A su estilo, con esquemas clásicos y nombres de confianza, Russo se apoya en lo que llama el “1659”.

¿De qué se trata? No es un sistema táctico, sino una estructura simbólica: el 1 de Agustín Marchesín bajo los tres palos, el 6 de Ayrton Costa en la zaga, el 5 de Paredes como eje del mediocampo y el 9 de Miguel Merentiel como referencia ofensiva. Cuatro apellidos que, salvo imprevistos, tienen su lugar asegurado.

De esa columna, el eslabón más débil —al menos en cuanto a consolidación— es Costa. El defensor zurdo, de buen paso por Independiente y destacado Mundial de Clubes, deberá demostrar que puede liderar la defensa. Mientras se recupera de una lesión, Marco Pellegrino ocupa su lugar.

El foco de los hinchas, sin embargo, está en Leandro Paredes. Campeón del mundo, líder natural y referente futbolístico, su presencia será clave para elevar el nivel colectivo. A su lado, Rodrigo Battaglia asoma como el socio más firme, aunque el funcionamiento del doble cinco aún es una incógnita.

En la defensa, Lautaro Blanco y Nicolás Figal también se perfilan como titulares. En el lateral derecho, Russo aún no se decide entre Luis Advíncula y Lucas Blondel, y en el mediocampo ofensivo hay una batalla abierta: Malcom Braida, Kevin Zenón, Alan Velasco y Brian Aguirre pelean por los extremos, mientras que Williams Alarcón, Tomás Belmonte, Milton Delgado y el español Ander Herrera buscan ganarse un lugar por el centro.

Arriba, el inamovible es Merentiel. Pero la competencia se intensificará cuando estén disponibles Edinson Cavani y Milton Giménez, lo que le dará a Russo variantes de peso para un ataque que promete.

Con el “1659” definido, ahora el reto será rodear esa estructura con nombres que potencien al equipo. Russo ya tiene su columna vertebral, ahora va por el resto del cuerpo.